Después de un cierre de 2015 turbulento,
es necesario retomar los primeros recuentos de este joven año en el contexto
educativo nacional. En primer lugar quisiéramos comentar un poco del análisis
realizado por la Dra. Claudia Santizo Rodall experta en políticas públicas,
sobre el programa “Escuelas de Tiempo Completo” al declarar inicialmente
insuficiente la inversión pública en educación además del fracaso de la últimas
reformas en materia pedagógica; así mismo, señaló que existe un problema en la
asignación de recursos que este programa promueve para cumplir con sus
objetivos. Por otra parte, desde la Secretaría de Educación Pública (SEP) se
anunciaron a principios de este año los siguientes pendientes: Autonomía de
gestión de las escuelas desde el Plan de organización interna de los Consejos
Técnicos Escolares (CTE); la política de infraestructura y equipamiento escolar
con los Certificados de Infraestructura Educativa Nacional (Escuelas CIEN); la
formación continua y desarrollo profesional docente a través del Programa de formación
y desarrollo profesional para el magisterio en funciones; además del nuevo
modelo educativo con base en renovados planes y programas de estudio; parte
esencial que no se trabajó desde la reforma base, aunque no se tocó el tema del
rediseño curricular a las normales con la propuesta de un Plan Integral de
Diagnóstico y Fortalecimiento para el Sistema de Normales Públicas o de las
garantías para su continuidad y permanencia, algo que hasta la fecha se ha
postergado.
Un 2016 que pinta para ser el año de la
“implementación” de la nueva política educativa mexicana aunque muchos de sus
títulos y terminología suenen un tanto burocráticos;
así mismo; desde la Organización de Naciones Unidas para la Educación, la
Ciencia y la Cultura (UNESCO) se publicó el libro Replantear la educación: ¿hacia un bien común mundial? donde se
estableció la necesidad de ir más allá de la alfabetización y adquisición de
competencias tradicionales (razonamiento matemático y verbal) para promover
entornos de aprendizaje más humanos a través de actitudes y valores como la
justicia social, la solidaridad y la protección del medio ambiente, esperando
que quienes elaboraron este informe no hayan sido en su mayoría académicos
privilegiados hablando desde su zona de confort.
Interesante encuentro entre autoridades
de la SEP y la comunidad estudiantil/académica de institutos tecnológicos y universidades
politécnicas donde se tocaron más cuestiones políticas y administrativas de
tipo genérico que de la problemática social en la educación superior (la cual
no ha sido contemplada de lleno por esta reforma educativa).
Algo preocupante se mencionó en el 46
Congreso de Investigación y Desarrollo del Tecnológico de Monterrey donde se
estableció que los Investigadores en México se encuentran alejados de los
problemas sociales ya que no se ha desarrollado un acercamiento de la población
en materia de ciencia y tecnología desde edades tempranas; por otro lado, se
insistió en la importancia de vincular la actividad científica con la esfera
productiva para generar impactos determinantes para el desarrollo nacional.
Recapitulando, el nuevo “Plan de la
Escuela al Centro” de la SEP está dirigido a mejorar las condiciones financieras,
operativas y organizacionales en los centros escolares del país, sin embargo,
han existido diversos cuestionamientos que en un inicio se han generado a
partir de la ausencia interactiva con los numerosos cuerpos docentes, magisteriales,
familiares e incluso estudiantiles en estas instituciones así como un esfuerzo
por desburocratizar y generar autonomía escolar desde el discurso político; pero,
paradójicamente, burocratizando con
la creación centralista de nuevos puestos además de la probable llegada de
“aviadores” a estos espacios. Otro aspecto importante es la medida que se tiene
contemplada para el ciclo escolar 2016-2017 al aumentar las horas de clase en
los niveles preescolar y primaria, algo curioso, puesto que en países como
Finlandia se está planteando todo lo contrario, ya que lo importante no es la
cantidad de tiempo destinado a la jornada escolar sino la calidad (aunque en México aún no se defina con certeza este
concepto) con que se imparta.
Una arista poco mencionada en la actual
reforma educativa es la educación para adultos, se trata de un rubro marginado
de las políticas públicas de moda, con poca claridad hacia el largo plazo tanto
administrativa como pedagógicamente, a pesar de existir un Instituto Nacional
de Educación para Adultos (INEA) que poco se le ha vinculado con los nuevos
planteamientos educativos a nivel nacional. Esto resulta preocupante, pero más
lo es la situación de la juventud en México; que a pesar de tener un mayor
acceso al conocimiento, información y tecnología son quienes más padecen más el
desempleo y a esto hay que aumentarle la problemática que se tiene con el bono
demográfico que ya transita de una población joven a una adulta. Por otra parte,
la deserción escolar es otro tema en el que no se ha profundizado lo suficiente
así como la flexibilidad para hacer de la escuela un lugar ideal para quienes
en algún momento la abandonaron y después buscan retomarla.
Retornando al apartado de la evaluación
profesional docente, es curioso, pero al leer un texto titulado La evaluación no valora la verdadera
enseñanza nuestras preguntas surgieron en ¿cómo valorar de manera adecuada
las situaciones de acoso y violencia escolar?, ¿acaso sólo el control grupal y
la canalización a un especialista serán suficientes?; cuantitativa y estandarizadamente,
es difícil saberlo.
Con la última reorganización de la SEP
se vuelve más complicado entender la coordinación entre la dependencia y el Instituto
Nacional para la Evaluación de la Educación (INEE) además de los cambios
temporales y en el formato de aplicación de la prueba del Plan Nacional para la
Evaluación de los Aprendizajes (PLANEA) ya que una será de tipo censal y otra
para la autoevaluación institucional. Otros cuestionamientos han estado
dirigidos a programas como MiCompu.mx donde se repartieron 240,000 laptops que
dejaron de funcionar a finales del año pasado, lo que despertó opiniones
desfavorables al catalogarse como clientelar y carente de evaluación. Otro
programa cuestionado es el Programa de Educación Básica para Niños y Niñas de
Familias Agrícolas Migrantes por su baja cobertura; es aquí donde la equidad
del acceso y calidad a la educación es un
tema pendiente en la agenda de la reciente reforma educativa.
En un artículo titulado La calidad educativa: un truco retórico llama
la atención la crítica que se realiza a la interpretación nacional de tan
recurrente, desgastado y relativo concepto; de su adaptación desde un
antecedente industrial y mercantil al terreno humanista del proceso educativo. En
México, como ya es costumbre; las novedosas formulaciones del exterior deben
ajustarse a la dinámica nacional, como si se tratara de un hábito repetitivo,
de una visión meramente positivista, cuantitativa y estructural-funcionalista;
¿y la visión humanista?, si la ven, nos avisan por favor.
Más allá de las recientes
recomendaciones de organizaciones civiles producto de su descontento con
ciertos sectores magisteriales y gubernamentales, de los bajos rendimientos
escolares en niños y adolescentes detectados por la siempre perspicaz
Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico (OCDE) a través de
su inmaculada Prueba PISA, de intereses pre electorales para este año, de
cuantiosas paradojas para reformar democráticamente
a través de prácticas conservadoras y autoritarias, de evaluaciones que no
contemplan la multiplicidad socioeconómica y pedagógica, de las irregularidades
en el gasto de la SEP por más de 2,189 mdp en 2014; del recorte presupuestal
programado para este año en materia educativa, científica y tecnológica; del
despido de 3 mil 360 profesores que no se evaluaron, de la pérdida de un gran
filósofo como Umberto Eco; sí, más allá de todo eso… el mundo, el país y su
educación; esperan.
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